Boris Johnson seguirá siendo el primer ministro británico pero ha quedado aún más tocado, después del desgaste que ha supuesto la moción de censura que le presentaron ayer un sector de los parlamentarios de su propio partido, el Partido Conservador. Johnson logró sortearla con con 211 votos a favor por 148 en contra.
La moción se presentó por el «partygate», denominación que ha recibido el escándalo desvelado por als fiestas celebradas en la sede del primer ministro, en Downing Street,10 en plena pandemia.
También ha crecido el descontento en el seno del partido tory por la política del gobierno, que ha conducido a la presión fiscal del país a su nivel más alto en 70 años, y por una serie de otros escándalos que implican al primer ministro.
Boris Johnson, consideró que su victoria en la moción de censura interna del Partido Conservador es «convincente», y aseguró que tiene intención de «seguir adelante» al frente del Ejecutivo.
«Lo que debemos hacer ahora es unirnos, como gobierno y como partido», para «centrarnos en las cosas que creo que realmente le importan a la gente», dijo Johnson a la BBC tras conocerse los resultados de la moción de confianza.