Antonio Costa, el primer ministro portugués fue abucheado por sus propios compatriotas en la estación de tren de Valença do Minho con motio de una visita que el político realizaba al norte del país.
El abucheo a cargo de unos 200 vecinos, en su mayoría comerciantes, de Valença, Caminha y otras localidades fronterizas, fue una forma de expresar su disgusto y malestar por la decisión del gobierno portugués -hay que recordar que de común acuerdo con el español- en mantener cerradas las fronteras hasta el próximo sábado 1 de mayo.
Los comerciantes afirman que «la situación es insostenible. Las empresas que hay entre Caminha y Valença perdemos 6 millones de euros cada semana por el cierre de fronteras, pero el impacto es mucho mayor si tenemos en cuenta que afecta a todo el sector del norte de Portugal», afirman los comerciantes.
António Costa llegó a Valença en uno de los primeros trenes con locomotoras eléctricas que circulan en esta Línea do Minho, inaugurando así de manera oficial el proyecto de electrificación de todo el servicio, que superó los 80 millones de euros.