El Gobierno de coalición PSOE/Podemos que preside Pedro Sánchez logró ganar la votación y sacar adelante la cuarta prórroga del estado de alarma. Pero cada vez con menos votos y un margen más exiguo. 

Si bien es cierto que frente al desmarque del PP (que no se atrevió a votar en contra y se refugió en la abstención), lo más significativo fue el apoyo decidido de Ciudadanos, PNV y los canarios. Estos tres partidos sacaron renta de ese respaldo. 

Inés Arrimadas ha establecido que Sánchez despache semanalmente con ella para evaluar la marcha de las medidas y entre éstas, amarrar que los ERTEs se mantendrán aunque no persistiera en un futuro el estado de alarma y se emplease otra fórmula legal para controlar la movilidad y el confinamiento de la mayoría de la población.

El PNV ha sacado en limpio que Sánchez le dará más cancha al lehendakari Urkullu -como a los demás presidentes de las comunidades autónomas- en lo que ñlaman la «co-goernanza»; es decir la gestión mancomunada de la desescalada. Además, el PNV amarró que Sánchez le deje a Urkullu convocar este verano las elecciones vascas. 

Y los canarios se garantizaron que el Gobierno mantenga los ERTEs en el sector turístico durante todos los meses que falten hasta que se restablezca el tráfico aéreo internacional que les permita recuperar el flujo de turistas extranjeros, cruciales para su economía. Un escenario aún muy remoto.

Esta cuarta prórroga prolonga el estado de alarma hasta el 26 de mayo, es decir dos semanas más.