Con harto dolor de sus corazones pero al tiempo con mucha satisfacción por haber persuadido al Juzgado, la familia de Deborah Fernández ha recibido la decisión judicial de exhumar los restos mortales de la joven viguesa asesinada hace más de 20 años, sin que haya podido determinar quien fue el autor. Precisamente la exhumación del cadáver para realizar nuevas pruebas forenses aprovechando los avances tecnológicos que hay ahora, fue el motivo aducido por la familia de Deborah para persuadir al Juzgado de Tui que reabrió el caso.

El cadáver de Déborah será exhumado el 18 de mayo al mediodía. La titular del Juzgado de instrucción número 2 de Tui dictó el auto por el que acuerda autorizar la exhumación de los restos mortales de Déborah Fernández-Cervera Neira, tras estudiar la petición formulada por los abogados de la familia el pasado 24 de febrero.

El plan de la exhumación es buscar restos de ADN que pudiera haber bajo las uñas de Déborah, pues en su día no se tomaron muestras para su análisis, lo que supuso una sorpresa para la familia porque podría aportar datos sobre su supuesto agresor si cometió el error de no limpiarlas. Las uñas probablemente estén desprendidas del cuerpo pero se conservan intactas. Igualmente se pretenden hallar restos que delaten alguna posible agresión que hubiese sufrido y que pudiesen haber pasado desapercibidos en la primera autopsia. También quieren analizar cuantos vestigios puedan ser de interés científico, antropológico o criminalístico.

La familia se mostró «esperanzada» por la posibilidad de hallar nuevas pistas sobre la persona que acompañaba a la joven antes de morir el 30 de abril del 2002 y diez días después depositó el cadáver en una cuneta de O Rosal, a 40 kilómetros.