El desenlace final de la temporada en Segunda División A, tambien llamada «Liga Smart Bank», ha sido inesperado y polémico.

El Deportivo de La Coruña no pudo jugar su partido en Riazor que tuvo que aplazarse ayer debido al coronavirus. Hasta seis jugadores de su rival, el equipo madrileño Fuenlabrada están aquejados de «covid-19» lo que motivó que tanto la LFP como la RFEF decidieran aplazar el encuentro. Pero en cambio se mantuvieron el resto de partidos de la última jornada de Liga en Segunda, con muchas protestas de los equipos implicados tanto en la lucha por evitar el descenso como en la meterse entre las plazas de promoción de ascenso a Primera División.

Como consecuencia se jugaron el resto de los partidos y se dio la más cruel combinación de resultados que certifica el descenso del Depor al pozo de la Segunda B, sin que importe ya lo que pueda hacer en ese último partido penidnete contra el Fuenlabrada. Las victorias del Lugo ante el Mirandés y del Albacete salvan a estos dos equipos que ya son inalcanzables para el Depor.

El presidente del Depor, Fernando Vidal anunció que van a «ir a por todas» y considera que la competición se ha aduletrado y recurrirá lo ocurrido. Y exigirá que se invaliden los resultados y se repita esta última jornada.

Mientras el Fuenlabrada quedó confinado en el Hotel Finisterre, de la ciudad coruñesa a la espera de que se decida cuando se podría jugar el encuentro.