Tanto el presidente del Gobierno como el ministro de Sanidad admitieron que sopesan declarar el toque de queda en todo el país, siguiendo otros ejemplos de países europeos, pero con condiciones.

Salvador Illa precisó que el recurso del toque de queda no podría llevarse a cabo sin decretar un estado de alarma señalando que, para ello, habría que explorar el apoyo de otros grupos políticos ya que, entiende, no sería una cuestión para aplicar solo durante 15 días.

El desencadenante de este debate fue la propuesta que lanzó ayer el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid que fue el primero en barajar en París y otras ciudades francesas.

Esta medida supondría establecer un límite horario a todo tipo de actividad y de movimientos por la vía pública. En el caso de la comunidad autónoma madrileña, la idea a la que está dando forma el equipo de Isabel Díaz Ayuso pasaría por establecer un toque de queda desde la doce de la noche hasta las seis de mañana. De esta forma, se mantendría la actividad de restaurantes y bares así como de las instituciones culturales de la ciudad, como cines y teatros. Y, al mismo tiempo, se pondría coto a los botellones en la vía pública y a las fiestas privadas que se continúan celebrando en domicilios sin respetar la limitación de un máximo de seis personas en reuniones.