Por decisión del Papa Francisco, el Año Santo Compostelano que comenzó en la tarde noche del 31 de diciembre, será especial y extraordinario. El jubileo será bianual. De modo que las indulgencias que la Iglesia Católica concede a los peregrinos que completan cualquiera de las rutas del Camino durarán todo el año 2021 y se prolongarán durante todo el 2022. Eso significa que toda la programación cultural y musical que la Xunta y otras administraciones promueven, se podrá distribuir y reorganizar durante 24 meses. Y por supuesto, los efectos y beneficios económicos que supondrá la arribada de cientos de miles de peregrinos y turistas, una vez se normalice la situación.
Este bienio jubilar tan especial arranca marcado por la influencia de la pandemia y los protocolos de control. De hecho, Santiago de Compostela está cerrada perimetralmente, al menos, durante estos primeros días de este Año Santo, aunque posiblemente esta medida pueda extenderse.
Con ello, una vez reanudada la movilidad –que está vetada entre comunidades hasta el 6 de enero– y si no se producen cambios por parte de los expertos que asesoran a la Xunta, la capital gallega acogerá el inicio de esta celebración con una medida que impide entrar o salir de ella excepto para motivos justificados. Del mismo modo, la COVID se ha llevado, por el momento, uno de los ritos más apreciados por los peregrinos, el tradicional abrazo al Apóstol Santiago, que todavía no hay fecha para recuperar. A estas alturas, sin embargo, también hay muchas expectativas basadas en el plan de vacunación y las medidas sanitarias, además de en las iniciativas económicas de todas las administraciones.