En Samil, bañistas a discreción por la mañana con la policía controlando la zona y plazas libres de sobra en el entorno de los arenales y mucha más afluencia por la tarde, aunque guardando las necesarias distancias. Lo mismo ha ocurrido en el más de centenar de arenales distribuidos por el área metropolitana viguesa. Muy pocas personas se habían decidido a darse un baño por la mañana, pero a primera hora de la tarde comenzaba a haber movimiento en arenales como los de Nigrán y Baiona.

En Barra, en Cangas, usuarios autorizados por la Policía Local retiraron las vallas que había en el entorno para acceder al igual que en la de Nerga, donde desde primera hora disfrutaban vecinos de baños y paseos.

Tranquilidad también en las playas de Arousa, en las que sí ha habido afluencia, especialmente en O Grove, Vilagarcía y A Illa. Este lunes la gente estaba comportándose «razonablemente bien». Lo mismo ha ocurrido en los arenales de la zona de Pontevedra, donde primaba la distancia social.