La fábrica de Ence en Lourizán cumplió este domingo 21 de agosto un mes exacto sin actividad, desde que la Xunta de Galicia requirió a la empresa pastera a que parase la producción por la falta de agua.

Desde el 21 de julio, la celulosa dejó de producir como consecuencia del impacto que la prolongada sequía está teniendo este verano en la cuenca del río Lérez. Dado que la pastera requiere un alto consumo de agua que capta directamente del Lérez en una presa propia en Bora, la autoridad autonómica exigió a ENCE debido a la al mínimo caudal del Lérez, en situación de prealerta.

Como consecuencia, el personal laboral de la fábrica se encuentra en regulación temporal de empleo, mediante un ERTE que ya entró en vigor. Asimismo, la empresa pastera ya realizó una provisión de fondos para prevenir las pérdidas económicas por esta parada forzosa, cuya duración aún resulta impredecible.