La caída durante seis horas de cuatro redes sociales con millones de usuarios ha provocado una sensación extraña y la pregunta de que ocurre con nuestras vidas cuando carecemos de unas herramientas que se han convertido en elementos cotidianos e indispensables de nuestra actividad laboral, profesional, social y familiar.

La caída de las cuatro redes sociales, todas ellas propiedad del grupo empresarial creado por  Mark Zuckerberg, se produjo a las cinco y media de la tarde de ayer, por causas que no se explicaron oficialmente aunque se sospechaba de un sabotaje. A partir de la una y media de la madrugada de hoy se restablecieron.

La caída de los servicios de Facebook y las aplicaciones de su propiedad (Instagram, WhatsApp y Messenger) afectaron a millones de usuarios en amplias zonas del planeta como Estados Unidos, México, España, Francia, Rumanía, Noruega, entre otros países.

En el caso concreto de WhatsApp, cuando los usuarios  pretendíamos enviar mensajes, aparecía el mensaje “conectando” y el icono de un reloj, pero el contenido no llega a enviarse a su destinatario. Después del restablecimiento de la red, comenzaron a llegar durante la madrugada.