El presidente del Gobierno acudirá pasado mañana miércoles al Parlamento a pedir la cuarta  prórroga del estado de alarma para prolongarla hasta el 23 de mayo.

A pesar del avance del plan de desescalada, el Gobierno considera absolutamente necesario dilatar por dos semanas más el estado de alarma y las medidas de confinamiento.

La posible precariedad parlamentaria del Gobierno de coalición PSOE/Podemos podría suponer un traspiés para los planes de Pedro Sánchez que ampliar por cuarta vez la prórroga por que no tiene garantizados los apoyos necesarios que hasta ahora ha venido teniendo. Es decir será clave lo que hagan Partido Popular, Ciudadanos, Partido Nacionalista Vasco y Esquerra Republicana de Cataluña.

Preguntado el presidente por una posible pérdida de apoyo parlamentario y qué consecuencia tendrá, Pedro Sánchez se encerró en una respuesta que repitió en la rueda de prensa del sábado: «no hay plan B», dijo y recalcó.

Muchos medios de comunicación y analistas han analizado esta respuesta de Pedro Sánchez como un reto a la oposición, particularmente a Pablo Casado y al PP, al ponerles en una delicada papeleta: si el estado de alarma no se prorrogase por culpa del Partido Popular, el Gobierno tendría un excelente argumento para rebajar la avalancha de críticas que le están cayendo.