El inicio de la desescalada en la hostelería ha sido espectacular, con la alianza de un tiempo inmejorable. Pero hay tantas ganas de esparcimiento que se han producido excesos y algunas «burradas» que ojalá no traigan consecuencias.

El problema no es del sector de la hostelería, sino la responsabilidad de la población, que se ha lanzado a las calles y bares como si no hubiese un mañana. Y, aunque en estos momentos los datos son buenos y alentadores, estando ya en los mínimos de la tercera ola, todas las administraciones mostraron este sábado su profunda “preocupación” por cómo se están sucediendo las primeras jornadas de reapertura.

De hecho, en la plaza de A Verdura de Pontevedra las Policías Nacional y Local tuvieron que desalojar y cerrar los bares el sábado una hora antes de lo marcado por la gran aglomeración de clientes que había.

El conselleiro de Sanidade de la Xunta de Galicia declaró “Estamos francamente preocupados por cómo se está produciendo la desescalada y, en concreto, en el sector de la hostelería”.  Consciente de que “muchas familias han sufrido enormemente por el cierre de las últimas semanas, no solo los hosteleros, sino también sus proveedores y todos aquellos que directa o indirectamente se vieron afectados, y que ahora podrían ser perjudicados por la irresponsabilidad de otros”.