Con severos problemas físicos y necesitados de la ayuda de fisioterapeutas, los once componentes de la marcha «Operación Rescate Hostelería», promovida por la asociación local de hosteleros de la comarca de Pontevedra, HOEMPO, ya llegaron ayer a Allariz y hoy continuarán hasta Verín.

Los empresarios de hostelería de Pontevedra, Poio y Marín que desde el lunes realizan una peregrinación hasta Madrid para pedir un «rescate» para el sector han proseguido su marcha reivindicativa, en la que están contando con el apoyo y la solidaridad de diferentes sectores. Entre ellos están los fisioterapeutas, cuya ayuda está siendo fundamental para aliviar las secuelas de las duras condiciones meteorológicas y de la caminata.

Durante la jornada del miércoles, los hosteleros han pasado también por la ciudad de Ourense, donde han sido recibidos por su alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, para trasladarles su apoyo

Los integrantes de la ‘Operación Rescate Hostelería’ esperan llegar a Madrid el próximo día 21, tras 14 días de caminata. Tienen previsto realizar una media de 40 kilómetros al día, exceptuando la primera etapa, que fue de 20 kilómetros.

Cuentan con que las próximas dos semanas sean muy duras dada la época del año y la amenaza de temporal que hay en gran parte del país, pero esperan recabar el apoyo de otros hosteleros, autoridades o ciudadanos de a pie que quieran acompañarlos un tramo del camino a lo largo de su localidad para ayudarles a dar visibilidad a esta causa, algo que, en sus primeras jornadas, ya han logrado.

La idea de la protesta nace de un sector, el hostelero, que se declara «arruinado» después de diez meses de pandemia en los que se le ha «criminalizado, acusado y discriminado, haciéndolo culpable del aumento de casos positivos por covid-19 en cada desescalada», según han afirmado en un manifiesto.

Así, han asegurado que muchos negocios ya han cerrado sus puertas para siempre y otros muchos se verán obligados a hacerlo en un corto período de tiempo si la situación no cambia.

Desde Hoempo han añadido que los empresarios siguen pagando todos los impuestos «y si les permiten aplazarlos, pagan intereses» y las ayudas no llegan a sus destinatarios. «No hay ayudas. De todo lo que ofrecen, la letra pequeña se come a la grande y, consecuentemente, el 80% de los negocios quedan excluidos de dichos aportes económicos por parte de las Administraciones», han criticado.