La posibilidad de que las autoridades sanitarias de Galicia puedan llegar a multar con diversas cantidades, según gravedad, a quienes se nieguen a vacunarse en casos como la actual pandemia, es el aspecto más destacado de la nueva Ley Gallega de Sanidad que se aprobó ayer en el Parlamento autonómico.

La nueva ley que reforma un texto de 2008, prosperó con la mayoría parlamentaria del PP frente al rechazo frontal del Bloque y PSOE.

Este texto, que entrará en vigor una vez se publique en el DOG, establece tres tipos de infracciones: leves (de 1.000 a 3.000 euros), graves (de 3.001 a 60.000 euros) y muy graves (de 60.001 a 600.000 euros).

Tal y como recoge el texto, el rechazo a vacunarse o hacerse pruebas está estipulado como leve (entre 1.000 y 3.000 euros) en el caso de que las repercusiones tuviesen una «incidencia escasa o sin trascendencia directa en la salud de la población», pero la cifra puede elevarse hasta los 60.000 euros en caso de «negativo injustificada» y «cuando se produzca un riesgo o daño muy grave para la salud de la población«, pero solo en caso de que las autoridades sanitarias establezcan su obligatoriedad.

Saltarse una cuarentena por parte de infectados o personas con síntomas compatibles con el coronavirus está estipulado como infracción grave, pero pasará a ser muy grave si se hace de forma repetida o si produce un daño elevado en la salud pública.

La multa por no llevar mascarilla se marca en un mínimo de 100 euros, con la posibilidad de incremento en función del incumplimiento. Y entre otras infracciones leves también se encuentran: hacer botellón, infringir los toques de queda, reuniones con más personas de las permitidas, participar en fiestas que incumplan las medidas aprobadas por las autoridades sanitarias e incumplimientos de horarios de locales.