Las imágenes de la matanza indiscriminada de civiles en Bucha se han convertido ya en un símbolo de la brutalidad genocida de las tropas rusas que masacraron a cientos de personas cuyos cadáver aún yacen por las calles o están amontonados por decenas en fosas comunes.
La retirada de las tropas rusas que se están replegando hacia el Dombás, ha permitido descubrir el horror que dejaron en poblaciones como Bucha, situada al norte de la capital, Kiev.
Ucrania ha descrito los ataques como “ejecuciones sumarias” contra civiles y el presidente Volodímír Zelenski, lo ha calificado de «genocidio». Países como Alemania y Reino Unido piden que se investiguen como «crímenes de guerra» contra la población, mientras que Rusia niega los asesinatos masivos y lo tilda de «provocación» por parte de Ucrania.
El alcalde de la ciudad de Bucha, Anatoly Fedoruk, ha cifrado en al menos 280 las personas que han sido enterradas en fosas, ya que era imposible hacerlo en los tres cementerios del municipio, todos ellos al alcance de los militares rusos. «En algunas calles, se pueden ver entre 15 y 20 cuerpos en el suelo», pero «no puedo decir cuántos más hay en los patios, detrás de las vallas», ha indicado. «Estas son las consecuencias de la ocupación rusa, de las acciones del enemigo», ha añadido.