Los intensos fuegos que han afectado durante el fin de semana a Arbo, Ponteareas y A Cañiza, todos ellos intencionados, confirman el temor que existía de que la plaga que castigó a Ourense y Lugo, terminaría llegándonos a la provincia de Pontevedra.
Sólo el que se inició en la parroquia de Mourentán, en Arbo, se ha llevado por delante alrededor de 400 hectáreas. A pesar de su cercanía a las viviendas, no afectó a inmuebles.
En cuanto al incendio en Oroso, en el concello de A Cañiza, por su cercanía a la A-52, obligó a cortar por unas horas el tráfico en la Autovía de las Rías Baixas y a habilitar desvíos ayer domingo.