Los restos mortales de Deborah Fernández, después de permanecer enterrados casi 20 años, fueron extraídos del cementerio para su traslado al hospital de Meixoeiro, donde se le practicará la primera evaluación. Tras ello serán derivados al hospital Nicolás Peña, sito también em Vigo, donde proseguirán las pesquisas.
Durante el acto, en el cual estuvo presente Fernado Serrulla, de la Unidad de Antropología Forense de Verín, además de la secretaria del juzgado y agentes de la Policía Nacional, Ignacio Amoedo, abogado de la familia, avanzó que ahora los expertos tratarán de dar con algún indicio que arroje luz sobre el fallecimiento de la chica. Con ello, intentarán rastrear fragmentos de ADN bajo las uñas o marcas de alguna fractura en sus huesos, puesto que solamente se había radiografiado el cuello y la cabeza durante la autopsia realizada hace casi dos décadas.
Así las cosas, admitió la posibilidad de que tras “tantísimos años” los restos no aporten pistas relevantes al no estar en las condiciones adecuadas, lamentando que “esto se esté haciendo en 2021, cuando tenía que haberse hecho en 2002”. “Si estamos ahora aquí es porque se han hecho mal las cosas, y a lo mejor ahora ya no hay solución”, subrayó en esta línea.