Sólo fueron unas horas de calma y tregua que se vivieron este lunes, hasta que al caer la noche, el volcán de Cumbre Vieja ha vuelto a vomitar lava y cenizas con nuevas explosiones.

Ya son más de 500 viviendas y edificaciones destruidas y 1.500 hectáreas de la isla canaria cubiertas de ceniza. Además los vulcanólogos alertan de dos peligros: que las coladas de lava terminen alcanzando el mar (están a apenas un kilómetro) y que haya una nueva boca volcánica en otra parte de la isla.

La advertencia procede del Instituto Geográfico Nacional. Ha informado de la existencia de 16 terremotos en la zona de Fuencaliente, al sur del volcán. La señal sísmica se localizó a una profundidad de 10 kilómetros, mientras los temblores tuvieron una magnitud pequeña, inapreciable para el hombre. Este fenómeno pudo ser debido a un «reajuste de la roca» en la que se ubica la bolsa de magma que mana el volcán, si bien no se descartaba tampoco que el material subterráneo se hubiera desplazado, con el peligro de que apareciera otro boca volcánica.