La Generalitat deberá elegir un nuevo presidente ya que Quim Torra está ya inhabilitado por decisión judicial. El Tribunal Supremo confirmó la inhabilitación que ya había determinado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

Torra es condenado por negarse a retirar una pancarta a favor de los presos políticos como le había ordenado la Junta Electoral Central para garantizar la neutralidad de los edificios públicos. La sentencia declara que desobedeció de forma «contumaz y obstinada» a la Junta Electoral Central y precisa que es libre de hacer las manifestaciones y actos que reflejen su identidad política, pero no de desobedecer al órgano constitucional que vela por la limpieza de los procesos electorales.

Torra abandonó el Palau de la Generalitat acatando la inhabilitación y sin consumar las amenazas que él mismo había lanzado de desacatar al Supremo. Tenía un amplio abanico de posibilidades: convocar elecciones, declarar la independencia como su antecesor, encastillarse y resistir en el Palau o asumir la pena y no complicar aún más la situación. Optó por esta última. Es decir que habrá elecciones en Cataluña entre el 31 de enero o el 7 de febrero, salvo imprevistos de última hora y siempre que la evolución de la pandemia lo permita.