Joaquín Sabina que sigue hospitalizado en Madrid después de ser sometido a una intervención en el cráneo a causa de un hematoma, ya pidió ayer tarde «un cigarrito» según contó el escritor Benjamín Prado, una de las personas más cercanas al cantante.
Como todo el mundo sabrá, Joaquín Sabina sufrió una caída desde el escenario del «Wi Zink Center» de Madrid que frustró el concierto que protagonizaba mano a mano con Joan Manoel Serrat. Después de ser atendido de las lesiones, Sabina salió en silla de ruedas al escenario para disculparse por no poder proseguir la actuación. Lo ingresaron en una clínica donde horas más tarde, ya de madrugada, empezó a tener serios dolores de cabeza que indicaron la existencia de un problema craneal que parece ya atajado.