Un grupo de trabajadores de «Ence» y empresas auxiliares liderados por el dirigente sindical de CCOO, José Luis García Pedrosa protagonizaron este jueves un encierro en la planta del consistorio de Pontevedra donde están las oficinas del alcalde y miembros del gobierno municipal. Protagonizaron lo que el dirigente sindical llamó «lucha combativa» que se tradujo en insultos y algún que otro intento de zarandear al alcalde Fernández Lores y a miembros del gabinete municipal de coalición.
Justifican el tono de sus protestas en la defensa de los 5.000 puestos de trabajo directos e indirectos que Ence genera así como el movimiento económico de 460 millones de euros al año que comporta. Consideran que «si Ence cierra, será como cuando en la ría de Vigo se vivió la convulsión que produjo la reconversión del sector naval».
Horas después del episodio vivido en el interior del consistorio, el alcalde y el primer teniente de alcalde realizaron una comparecencia en la que calificaron el incidente de «intento de agresión». Lores culpó directamente citándolos a Ignacio Colmenares, presidente de «Ence» y a Rafa Domínguez, portavoz municipal del PP, de haber alentado y arengado a los que protestaban.
Mientras ocurrió esta situación, delegados del comité de empresa de los demás sindicatos mantuvieron una reunión telemática con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, quien reiteró que para el Gobierno de la Nación, la continuidad de la fábrica de ENCE en Lourizán tiene por fecha de caducidad, 2033.
En este viernes, trabajadores de ENCE y auxiliares acuden a Madrid a manifestarse ante el Ministerio de Transición Ecológica para demandar una entrevista con la ministra Teresa Ribera.