Kiev, la capital de Ucrania, se vio sacudida de madrugada por una serie de potentes explosiones en diversos barrios de la ciudad. Una de esas explosiones por bombardeos de las tropas rusas ocurrió cerca de una estación de metro donde había miles de personas que la utilizan como refugio antiaéreo.

La noche ha sido muy movida. La alcaldía de la capital ucraniana emitió a lo largo de la noche siete avisos de alarma aérea y pidió a la población dirigirse a los refugios antiaéreos, mientras en las redes sociales se publicaron vídeos de las explosiones.

En la segunda ciudad del país, en Járkov, los ataques aéreos rusos han golpeado esta madrugada varias infraestructuras, entre ellas tres escuelas y la Catedral.
El ejército ruso sí ha conseguido tomar la ciudad de Jerson, una urbe costera de 300.000 habitantes. Las tropas de Putin avanzan hacia Odesa, la tercera ciudad más importante de Ucrania, que está emplazada en una zona estratégica debido a su puerto que da acceso al Mar Negro.

«Es posible que lo peor esté por venir» en esta guerra ha asegurado preocupado el ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian, mientras el Ejército ruso rodeaba varias ciudades ucranianas que bombardea sin piedad.

«Podemos temer una lógica de asedio», a la que «los rusos están acostumbrados«, advirtió el jefe de la diplomacia francesa en la televisión pública France 2. «Recuerden Alepo, Grozny», recordó el ministro francés, en referencia a estas dos ciudades en Siria y Chechenia destruidas por las bombas rusas en las últimas décadas.