Un juzgado de Santiago ha sentenciado que es obligatorio que una anciana residente en un geriátrico debe vacunarse contra el coronavirus para no poner en riesgo ni a sus compañeros ni al personal de la residencia.
El Juzgado de Instrucción número 2 de Santiago de Compostela ha obligado a vacunar a una anciana de una residencia de la capital gallega ante la negativa de la hija a que fuese vacunada y dado el grado de deterioro cognitivo de la mujer para tomar una decisión.
Las actuaciones se incoaron a raíz de la solicitud remitida por el centro residencial para mayores Domus Vi San Lázaro ante la campaña de vacunación de sus residentes y la negativa de la hija de la mujer a que recibiese la vacuna.
En su escrito, el centro apuntaba que la anciana presentaba una capacidad «muy limitada» desde el punto de vista cognitivo, algo que el auto ratifica tras recabar el informe forense. Este afirma que la mujer «no se halla, por el grado de deterioro cognitivo padecido, en condiciones de participar, siquiera mínimamente, en la decisión que se adopte acerca de la conveniencia de su vacunación».
Por ello, y tras escuchar los argumentos de la hija, entre ellos los posibles efectos secundarios, el juez incide en el «riesgo menor» de administrar la vacuna a la anciana, al tiempo que se remite al informe forense sobre la seguridad de las vacunas defendida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).